Yazgo desnuda en verdes praderas,
de esta tierra que ahora es tu casa,
esperando a sentir de nuevo tu entrega,
ese cálido aire respirado por ti y
el perfume inequívoco de tu piel.
Somos exploradores noctámbulos
entregados al descubrimiento
de territorios vírgenes llenos de
nuevos sonidos, sabores y olores.
Cantos de pájaros que anuncian
amaneceres de rostros encontrados,
transcritos a libretas rojas
donde sus letras acarrean
nuestra sangre llena de amor.
El latido de tu corazón que marca el
ritmo desenfrenado de tu respiración
sobre mi nuca,
transporta mi cuerpo a las alturas,
desde donde te observo desnudo
entre los campos de amapolas.
Hermoso sol que calientas los territorios
escarpados de mi orografía.
Paisajes que has comenzado a descubrir,
constelaciones que han iluminado los
mares salados donde nos hemos bañado.
No son necesarios rutas y planos
para nuestros cuerpos y manos,
que buscan un único sendero,
que reconocen que su único destino
es permanecer abrazados.